Por Maxi Abad. Diputado provincial. Jefe del bloque de Cambiemos
Los triunfos electorales no otorgan derechos sino que extienden obligaciones y responsabilidades. La otra historia la conocemos bien: nuestra provincia fue presa durante décadas, de las aspiraciones políticas de gobernadores que la usaron como trampolín y la sometieron como si fuera un rehén. La distribución de fondos, a toda luz desventajosa para los bonaerenses, se había vuelto una foto indeleble de la democracia argentina.
Pero en estos dos años hemos logrado cambiar. La política dialoga y acuerda en lugar de avasallar y así se empiezan a resolver temas de fondo. En este contexto se jugó buena parte de lo que conseguimos estas últimas semanas.
En lugar de apretar las clavijas, condicionar al gobierno bonaerense y aferrarse a los recursos, el Presidente evitó una gran tentación tras las elecciones de medio término: discriminar a los bonaerenses para condicionar a su gobierno.
Me refiero al llamado Fondo del Conurbano, y la injusticia que sufrimos los bonaerenses durante décadas. Hoy tenemos un reconocimiento concreto, constante y sonante que le significarán más de 100.000 millones de pesos a nuestra Provincia durante los próximos dos años, 40 mil millones en 2018 y otros 65 mil millones en 2019, y una distribución de recursos más justa y federal del dinero de los argentinos.
Pero hay más: el acuerdo fiscal que rubricaron veintitrés estados provinciales y el Gobierno Nacional, compromete a cada gobernador a reducir impuestos distorsivos que atentan contra la iniciativa privada y a equilibrar las cuentas. Estas medidas serán las que transformen un pasado de irresponsabilidad por un futuro de certezas, y mayor equidad.
Quizá muchos puedan pensar que hablamos de un tema que no tiene impacto directo en la vida de los vecinos, que son solamente “cuestiones de políticos”, pero nada de eso es verdad. Por ejemplo, Mar del Plata se beneficiará mucho con este reconocimiento del Fondo del Conurbano porque, sumado al pacto fiscal que amplía el porcentaje de coparticipación y al fondo sojero, que Gral Pueyrredon seguirá percibiendo, volverá a la ciudad un monto superior a los 109 millones de pesos para inyectar progreso y desarrollo, a partir de la acción del Estado.
Muchos entienden equivocadamente al equilibrio fiscal como una cuestión ideológica, pero hoy es una política de Estado de gobiernos de diferentes visiones partidarias. No es tema de gobiernos progresistas o conservadores, es tema de gobiernos responsables.
En síntesis, estas semanas ocurrieron cosas importantes: la Provincia de Buenos Aires recobró recursos y con recursos dignidad, el país reconstruyó un sistema federal en serio, a base de acuerdos políticos y materiales, y la democracia ganó solidez, aun cuando una minoría quiso aprovechar diciembre para conseguir a la fuerza lo que no consiguió en las urnas.
Estamos ante la oportunidad más importante en décadas. Tenemos recursos, tenemos visión y tenemos vocación para hacer de nuestra Provincia, la Provincia que los bonaerenses merecen. Los cambios dejaron de ser un slogan, los cambios son hechos.